domingo, 29 de septiembre de 2013

 

sin nafta

La profunda crisis energética que está atravesando la Argentina anticipa años muy duros para las finanzas del país y para el bolsillo de los argentinos.
La necesidad de importar petróleo y gas por la caída de la producción nacional aumentará un 30% el año próximo, por lo que alcanzará los 16.000 millones de dólares, que representa el 45% de las reservas internacionales que actualmente posee el Banco Central.
Esa multimillonaria erogación que el gobierno nacional está obligado a hacer para satisfacer la demanda interna, inevitablemente se traducirá en subas generalizadas de precios, que se suman al proceso inflacionario sin control que se vive en nuestro país. No sólo se encarecerá aún más el combustible en las estaciones de servicio sino que la suba se trasladará a la mayoría de los productos que se trasportan por las rutas argentinas ante el deterioro generalizado de otros medios de transporte como el tren. Además, se elevarán los costos para las industrias que requieren abastecerse de combustible para su producción.
“Hay una inflación energética que corre por su cuenta más allá de la inflación de precios en general y también empuja para arriba la inflación de otros productos”, explicó  Félix Herrero, vicepresidente del Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (MORENO). Según Herrero, la necesidad de importar combustible “va a encarecerlo en un 20 o 30 por
ciento”.
Lo peor de todo es que el panorama no es nada alentador, no solo para 2014, sino para los próximos cuatro o cinco años. Durante la 34 convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), el exsecretario de Energía de la Nación, Alieto Guadagni, dijo que la demanda de energía está creciendo más de 7% por año, por lo que los años siguientes va a requerir de mayor desembolso departe del gobierno nacional.
Guadagni aseguró que “hoy tenemos menos reservas de gas que en 1990 y estamos produciendo un tercio menos que a fines de los noventa, nos hemos comido más de la mitad de las reservas de gas y dejamos de explorar”.
Una situación similar ocurre con el petróleo. Según el especialista, para recuperar el autoabastecimiento de energía hay que invertir al menos 150.000 millones de dólares, es decir cuatro veces más del total de las reservas que posee actualmente el Banco Central. “Se estima que con la compra de combustible y los pagos de la deuda externa, que el gobierno de Cristina Fernández está aumentando exponencialmente, con en el actual ritmo de gasto las reservas del BCRA quedarán reducidas a menos de 20 mil millones de dólares, por lo que apenas alcanzarían para satisfacer la demanda energética de ese año. La demanda de energía se está comiendo el superávit de toda la balanza comercial argentina”, resumió Herrero.
Esta es “la década ganada” que deja el kirchnerismo, que se irá el poder en diciembre de 2015. Revertir esta delicada situación no será una tarea para nada fácil.

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