La Plata, Ciudad Generosa

La cumbia excede a la música y por eso quienes la alimentan hablan de una cultura. Podría decirse entonces que los sonidos, siempre presentes en el aire, entran por los poros y se extienden como forma de vida. Parte de ese sentir lo percibe cualquier ajeno a la cuestión que llega por estos días de fin de semana al predio de Meridiano V ubicado en 71 entre 13 y 14, se sienta en el pasto, se procura algo de beber y comer, y se deja llevar. Comidas cumbia, poesías cumbia, colores y diseños cumbia, fotografías y dibujos cumbia. Cultura cumbia.
Un escenario se levanta en un extremos del terreno, y desde allí llegan la música de De Mochiles, el grupo platense que recrea la cumbia peruana. Antes descollaron con sus canciones de inundación (ver aparte) los chicos de la Olla Popular de la Plaza San Martín. Abajo, de uniforme con remera rojiza, se preparaban la troupe colombiana de Aires de los Montes de María, originarios de Carmen de Bolivar, cuna del ritmo caliente.
En el extremo contrario está el galpón, donde se exponen fotos y se trabaja sobre lo que los conocedores denominan estética chicha, característica por sus colores fuertes y llamativos que domina toda la ornamentación del lugar.
El baile domina el terreno central, ubicado entre el escenario y el galpón. Allí tres o cuatro chicas no paran de danzar como posesas, sabiéndose la atracción. La conducta se repite en pequeños grupos, mientras otros, tal vez la mayoría, decide disfrutar de la música con mate, cerveza o fernet en mano, sentados en el pasto.
La tarde cae en ese punto de la ciudad detrás de las casonas del viejo barrio. La temperatura invita a más y la fiesta se ofrece. Federico Araneta, miembro del colectivo Mediolimón, uno de los tres grupos impulsores del proyecto (junto a Mate y Wepa!) promete movida hasta las dos de la mañana
l olor a comida al pasto y comida judía, por un lado, y a chori y empanadas por otro, invita al regreso de quienes se van, haciendo retranca. Tienen tiempo, el programa es largo y se extenderá a este domingo y al fin de semana próximo, con actividades en altos de San Lorenzo y Ensenada.
Pablito es un viejo conocido de Diagonales. De tanto en tanto caía a vender algo o pedir alguna cosa. Ahora está más grande y durante la tarde del sábado revolotea en una bicicleta entre el público que escucha cumbia. No hace mucho se bajó del escenario donde cautivó como uno de los cantantes de “La florcita de la esquina”, el grupo de cumbia gestado al calor de la Olla Popular de Plaza San Martín. Una vía de escape que los jóvenes que impulsaron ese proyecto encontraron para rescatar a los pibes condenados a la calle. "Empezamos con talleres y de a poco fuimos creando esta banda, en la que los chicos encuentran un canal de expresión", dice Andoni Martínez, uno de los coordinadores.
Pablito, remera deportiva verde, oficia de factor de unión para la foto. Llama a su compañero cantante, quien opta por no dar el nombre. El chico, algo mayor que Pablito, accede a la foto pero no a aflojar su rostro adusto. Tampoco lo hace el tercer pibe de la Olla, quien en el escenario estuvo a cargo e los timbales. A este show faltaron otros dos músicos, pero se sumaron tres de los jóvenes que llevan adelante el proyecto.
El cantante de gesto adusto se ablanda un poco para contar el repertorio. La mayor parte son canciones ajenas, pero se detiene en una que habla sobre la inundación en La Plata y que ellos mismos escribieron. Y comparte el proceso de creación, disparado cuando juntos visitaron el mural de Parque Castelli. “La letra cuenta lo que ahí vimos”, dice, y se entusiasma relatando que ya llevan unas diez presentaciones, y que las canciones cada día les salen un poco mejor.

Etiquetas: datos de la ciudad