La Plata, Ciudad Generosa

Todo va cuesta abajo en la vida de Esteban Concia, el “militante” que alguna vez soñó –y todavía sueña- con ser intendente de La Plata.Hace un tiempo los medios revelaron las acusaciones que pesan sobre él por quedarse con fondos de planes sociales, de las que por supuesto no se hizo cargo. Ahora tiene un nuevo pesar: la incapacidad de controlar los equipos tecnológicos de su propio local partidario. Así como suena.
Es que los vecinos de la zona de la terminal de micros de La Plata sufrieron en los últimos días la impiadosa alarma de la casa que el Movimiento Unidad Popular (MUP) utiliza como local partidario. La señal suele encenderse a altas horas de la noche y persistir hasta la mañana. Se trata del local ubicado en calle 43 N° 467, entre 4 y 5, a la vuelta de la terminal. Los vecinos de la cuadra tuvieron que levantarse más de una vez durante la madrugada para averiguar qué sucedía. Pero no encontraron a nadie en la casa. La mujer que está a su cuidado suele irse por las noches. Y la alarma se enciende. Una y otra vez. La situación se prolongó durante varios días. Los vecinos de los edificios aledaños llamaron al 911, a personal de Seguridad Privada (SP), hasta se comunicaron con la gente del MUP. Pero no hubo otra respuesta que provocaciones por parte de los garantes del “modelo”, incluso alguna discusión casi pasó a la agresión física en plena calle. Mientras tanto, agentes de SP tuvieron que hacerse presentes cada noche para desactivar la alarma. “No podemos descansar, acá vive gente de trabajo”, se escuchó decir desde su balcón a uno de los vecinos que más de una vez debió levantarse. El chirrido de la alarma se extendió, durante esos días, hasta el amanecer. El alquiler de la casa, en cuyas instalaciones las actividades militantes brillan por su ausencia, está a nombre de Federico Martelli, un amigote de Concia. Pero ni él ni el referente de la Anses dieron respuestas. Buen comienzo rumbo a la Intendencia.

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