La Plata, Ciudad Generosa

omo si se tratara de un manual para principiantes, el kirchnerismo se encargó de elaborar un plan de destrucción masiva de la economía argentina que repercute directamente en los bolsillos de los trabajadores nacionales. Lo cierto es que cada vez se hace más complicado confiar en las recetas aplicadas desde Casa Rosada, más aún cuando las estadísticas nacionales -e incluso mundiales- dan cuenta de una situación que se tornó irreversible.
En este contexto -y antes de que los índices oficiales del INDEC salgan a la luz-, el exministro de economía de Néstor Kirchner, Roberto Lavagna, ubicó en un 5% la inflación de febrero (ver aparte). Y según PriceStats -primera empresa privada que calcula índices de inflación diaria en el mundo, creada por profesores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)-, los valores se dispararon un 6,3% en el mismo mes, la tasa mensual más alta que se registró desde que se empezaron a relevar precios, a fines del 2007.
Asimismo, desde el sitio de Pricestats que está enteramente dedicado a la Argentina (www.inflacionverdadera.com) advirtieron que “la tasa de inflación anual también marcó un récord en nuestras estadísticas: llegó al 32% anual y continua subiendo fuertemente”.
Estos guarismos pusieron al descubierto los grandes desaciertos del gobierno de Cristina Fernández, una serie de medidas que afectaron de lleno a la balanza financiera nacional. En primer lugar, la destrucción de un aparato productivo que dejó al país en llamas -con tambos y frigoríficos que cerraron sin previo aviso-, lo que se traduce en una menor oferta en las góndolas de productos de consumo básico.
Del otro lado, una emisión monetaria sin límite acompañada de una constante devaluación del peso, moneda que, actualmente, es puro papel pintado. Tan crítico es el panorama cambiario que hoy, en las estaciones de servicio del país, un litro de nafta súper cuesta aproximadamente $ 10,28, un precio que está muy por encima del dólar oficial (que cotiza a 7,90 pesos para la venta).
Sin lugar a dudas, este último dato es una luz de advertencia para los años venideros. Pero hay más: el poder adquisitivo de los sueldos registró este año la mayor caída desde 2007, curiosamente cuando comenzó a crecer la inflación en forma desmedida. Hoy, el salario mínimo, vital y móvil se ubica en $3.600 por mes, un número que ni siquiera alcanza para poder hacer las compras mensuales en cualquier supermercado.
El exministro de economía de la Nación, Roberto Lavagna, planteó un 2014 complicado y consideró que “la crisis lamentablemente no terminó”.
“En general, en la Argentina hay una tendencia a ver en el cortísimo plazo, pero este proceso comenzó en 2007. Entre 2007 y 2011 hubo una baja de 9% a 4% en el crecimiento y a partir del 2011 bajó a 1,5 por año”, explicó el economista.
Para Lavagna, este proceso de freno “no es algo que haya comenzado hoy, simplemente se va agravando y este año es posible que haya un nivel de producción negativo, una caída”.
A su vez, el exfuncionario estableció en un 5% la inflación del último mes de febrero, remarcando que uno de los problemas presentes es quién va a pagar el ajuste y las consecuencias de los errores de la política económica del Gobierno.
“A nivel oficial ya hay nuevamente una discusión entre los que quieren mantener un índice más o menos creíble y los que quieren volver a la política del engaño”, advirtió Lavagna. Y agregó: “hace ya tres años que no se crea empleo en el sector privado; había indicios fuertes, pero a medida que se acumulan los desórdenes y se cae en el nivel de actividad e inversiones, la cosa se agrava y se comienza a hablar de despidos”.
Afirman que el Gobierno puso el “ajuste en marcha” con los salarios
La consultora Management & Fit aseguró ayer que el gobierno puso el “ajuste en marcha” a través de los salarios al afirmar que en el inicio del 2014 el poder adquisitivo “profundizó su caída”.
En un reporte semanal, la consultora señaló que “en el arranque del año, el poder adquisitivo del salario profundizó su caída” y que “en la comparación anual, el salario promedio aumentó 27,3 por ciento, quedando rezagado respecto al 30,8 por ciento de inflación reportado por el Congreso Nacional”.
“Así, las remuneraciones de los trabajadores continúan perdiendo poder de compra, ya que en diciembre habían cedido 2,2 por ciento en términos reales (2,5 por ciento en términos anuales)”, añadió M&F.
Por último, el informe privado destacó que “la pérdida de poder adquisitivo continúa impactando sobre la economía real”.
El economista Manuel Solanet (foto) manifestó que los elevados índices de inflación que presentaron consultoras y especialistas “reflejan el impacto de la devaluación realizada en enero y algunos ajustes en las tarifas de servicios públicos. También el impacto del aumento de los combustibles, que se traslada al transporte y a muchos otros productos. Estamos entrando en un escalón de inflación más alto”.
“Por otro lado, las causas básicas de la inflación siguen vigentes, a pesar de la fuerte absorción monetaria que ha hecho el Banco Central en las últimas semanas”, añadió Solanet, quien además tildó al panorama de “preocupante”.

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