sábado, 28 de junio de 2014
martIN VESTIGA
Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.
Un poco alejado de los lugares que habitualmente compartía con amigos, el otro día, después de mucho tiempo, caminando despacio, llegué a mi querida esquina de encuentros, el glorioso café Almendra de La Plata, adonde van todas las almas desahuciadas. Como los que protagonizan esta historia.
Ingresé observando hacia la ubicación habitual en la que se encontraban mis queridos amigos Rubén Borcego, Manzanita Mazante y Don Edu Benavidez, a quienes saludé afectuosamente con un gran abrazo. Me invitaron a sentarme. Como si no hubiera pasado el tiempo.
“Qué suerte, Martin, volver a verte, pasaron tantas cosas durante tu ausencia”, me dicen. “Contame, contame, y no pierdas el tiempo, Edu”, respondí, como el viejo lobo de mar que soy. Y ahí pasaron a relatarme, y yo a ustedes.
“¿Te acordás de Valeria, la jefa de Asuntos Jurídicos pocos transparentes del Servicio Penitenciario?”. “Sí, por supuesto, cómo no me voy a acordar”, digo, antes de pedir un café y dos medialunas.
“La que lastró todas las ‘japis’ que encontró por el camino, y todo por un cargo”, me recuerdan, como si yo dudara. Asiento, con pesar por las feministas. “Bueno, César, el hijastro de Ricardo Casal, la echó”, me tiran. “No te puedo creer”, digo, aunque sí lo podía creer.
Y pasan a explayarse: “Sí, sí, la echó porque coimeó a un grupo de jubilados para sacarles un dictamen favorable con respecto a las sumas en negro que cobran solamente los que están en actividad, y aparentemente César se dio cuenta, entonces le pidió a Florcita que la raje”. “Florcita”, para los desentendidos, es Florencia Piermarini, la titular del SPB.
“También estaría involucrado el jefe directo de Vale –acotan-. El gordo impresentable de Walter, pero este tiene padrino en el Ministerio, un padrino muy caro. Aparentemente tiró mucha guita para arriba”. Con eso cerraron, pero hay promesas de más. Deberán esperar al próximo boletín. Volví con todo.
Un poco alejado de los lugares que habitualmente compartía con amigos, el otro día, después de mucho tiempo, caminando despacio, llegué a mi querida esquina de encuentros, el glorioso café Almendra de La Plata, adonde van todas las almas desahuciadas. Como los que protagonizan esta historia.
Ingresé observando hacia la ubicación habitual en la que se encontraban mis queridos amigos Rubén Borcego, Manzanita Mazante y Don Edu Benavidez, a quienes saludé afectuosamente con un gran abrazo. Me invitaron a sentarme. Como si no hubiera pasado el tiempo.
“¿Te acordás de Valeria, la jefa de Asuntos Jurídicos pocos transparentes del Servicio Penitenciario?”. “Sí, por supuesto, cómo no me voy a acordar”, digo, antes de pedir un café y dos medialunas.
“La que lastró todas las ‘japis’ que encontró por el camino, y todo por un cargo”, me recuerdan, como si yo dudara. Asiento, con pesar por las feministas. “Bueno, César, el hijastro de Ricardo Casal, la echó”, me tiran. “No te puedo creer”, digo, aunque sí lo podía creer.
Y pasan a explayarse: “Sí, sí, la echó porque coimeó a un grupo de jubilados para sacarles un dictamen favorable con respecto a las sumas en negro que cobran solamente los que están en actividad, y aparentemente César se dio cuenta, entonces le pidió a Florcita que la raje”. “Florcita”, para los desentendidos, es Florencia Piermarini, la titular del SPB.
“También estaría involucrado el jefe directo de Vale –acotan-. El gordo impresentable de Walter, pero este tiene padrino en el Ministerio, un padrino muy caro. Aparentemente tiró mucha guita para arriba”. Con eso cerraron, pero hay promesas de más. Deberán esperar al próximo boletín. Volví con todo.
Etiquetas: datos de la ciudad
# entrada de Adryán @ sábado, junio 28, 2014 
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