domingo, 31 de agosto de 2014
Máximo opositor
Mientras el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, suma actos en pos de promover su candidatura presidencial, muchos se preguntan cuál será la postura de CFK en lo que refiere al candidato a “bendecir” en 2015. Harto conocidas son las diferencias existentes entre sciolismo y kirchnerismo, sin embargo, los tensos cruces que se dan entre dirigentes de ambos espacios no son suficientes para que se terminen desmadrando las cosas en la interna del FpV.
Y es que, cuando aparecen de por medio las necesidades, los resquemores pasan a un segundo plano. Scioli sabe que los recursos de Nación son vitales para llegar al sprint final de su gestión provincial de la mejor manera, al tiempo que pretende captar a parte del electorado que quiere una continuidad de las medidas aplicadas durante la era K. No en vano son las declaraciones realizadas en los últimos días en sintonía y apoyo a las medidas impulsadas por el gobierno nacional en el conflicto con los fondos buitre.
Aunque, de todas formas, con declaraciones como las de “progresismo berreta” realizadas por el titular del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, también se apunte al electorado que está parado en la vereda de enfrente.
En tanto, desde el kirchnerismo saben que, llegado el momento de la verdad, puede que sea el líder de la Ola Naranja el único que esté en condiciones de dar batalla para que el sello del FpV consiga nuevamente el triunfo.
Es en este contexto que afloran toneladas de especulaciones, algunas de ellas que apuestan por una boleta en la que esté Daniel Scioli como candidato a la presidencia y Florencio Randazzo como postulante a la gobernación, estrategia que se reforzó sobre todo en el sciolismo a partir de lo que es un movimiento que sólo resta ser oficializado: el desembarco de Martín Insaurralde al massismo.
Pero, en lo que puede tomarse como un adelanto del posicionamiento del kirchnerismo ortodoxo de cara a 2015, alguien con línea más que directa a CFK empezó a hacer su juego desde la posición que más le sienta cómodo: detrás de escena. Se trata de Máximo Kirchner, quien, además de estar evaluando si sale o no a la luz como candidato a intendente de Río Gallegos, ya ha empezado a operar reuniéndose con los legisladores “del palo” para detallar lo que serán los movimientos a poner de manifiesto desde Casa Rosada con miras a 2015.
Sucede que en los últimos días, el hijo mayor de Néstor y Cristina recibió a cinco diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires en un encuentro con aroma a bajada de línea. De acuerdo a lo informado a NOVA por voces cercanas al mitin, Máximo buscó demostrar a sus interlocutores un halo de poder por detrás de esa imagen de adolescente recién levantado de la siesta.
Es así que, a pesar de convocar a los cinco legisladores a la misma hora, los hizo pasar a su despacho de a uno, mientras los demás aguardaban expectantes en los pasillos cuan sala de espera hospitalaria. Se comenta que, en cada charla, demostró un conocimiento exhaustivo de la cocina de la Cámara Alta nacional y del accionar que los diputados realizan allí, dejándoles a entrever que sigue de cerca sus movimientos y está empapado de la interna del bloque del FpV en el recinto.
Pero el dato más saliente fue el hecho de haber puesto sobre la mesa lo que será la jugada del kirchnerismo duro en el año electoral que se acerca: Máximo les dejó en claro a los diputados que Scioli no será el candidato presidencial a apoyar, sino que todas las fichas serán puestas a la figura del actual ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
Por supuesto que, para que esto sea así y la tropa K se alinee detrás del hombre de “La Florería”, sólo se requiere de la bendición oficial de CFK. “Nosotros vamos a apoyar las candidaturas que defina la presidenta”, dejó en claro esta semana el ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak tras compartir un acto en La Plata con el gobernador Scioli.
Asimismo, las fuentes informantes de este cónclave entre legisladores y Máximo, detallaron que el primogénito presidencial machacó el perfil “individualista” del líder de la Ola Naranja, apostando por una figura como la del chivilcoyano a quien rotula como un dirigente que “se la juega por el proyecto”. En la misma sintonía se expresaron otras voces cercanas a los diputados camporistas dentro de la Cámara baja provincial consultadas por este medio: “Daniel siempre jugó para él”, cuestionaron.
En tanto, desde el sciolismo la luz de alerta se prendió junto con los resquemores hacia los movimientos presentes y futuros del kirchnerismo. Más allá de los cruces públicos que cargan de tensión la interna, por debajo se deslizan acusaciones de grosso tenor. Una de ellas, emanadas de una voz cercana a calle 6, afirmó que desde Nación se ha abierto la canilla hacia el gobierno porteño en una especie de “pacto” con el PRO para posicionar la imagen de Mauricio Macri de cara a las presidenciales y, así, al dividir, aminorar los porcentajes de intención de voto entre los candidatos (entre ellos Scioli) para que de esa manera aumenten las chances de Randazzo.
Pero una preocupación mayor estaría surgiendo en el armado naranja respecto a los temidos procedimientos que se podrían aplicar desde la tropa K para poner “piedritas en el zapato” de Scioli al momento de confeccionar las listas y en lo ateniente al padrón de jugarse efectivamente una interna del FpV en las PASO.
En este aspecto, el temor radicaría en la figura de quien estaría teniendo el verdadero poder en la Junta Electoral partidaria: el diputado nacional y líder de La Cámpora Andrés "Cuervo" Larroque, en detrimento de quien es formalmente el apoderado del partido y diputado nacional, Jorge Landau. “Jorge está pintado. Ahí el que maneja la cosa es el Cuervo, y ese es de temer”, deslizaron fuentes que frecuentan la gobernación provincial.
Así, al parecer los resquemores internos que se han puesto públicamente esta semana entre sciolismo y kirchnerismo son apenas la punta de un iceberg mucho más denso.
Y es que, cuando aparecen de por medio las necesidades, los resquemores pasan a un segundo plano. Scioli sabe que los recursos de Nación son vitales para llegar al sprint final de su gestión provincial de la mejor manera, al tiempo que pretende captar a parte del electorado que quiere una continuidad de las medidas aplicadas durante la era K. No en vano son las declaraciones realizadas en los últimos días en sintonía y apoyo a las medidas impulsadas por el gobierno nacional en el conflicto con los fondos buitre.
Aunque, de todas formas, con declaraciones como las de “progresismo berreta” realizadas por el titular del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, también se apunte al electorado que está parado en la vereda de enfrente.
En tanto, desde el kirchnerismo saben que, llegado el momento de la verdad, puede que sea el líder de la Ola Naranja el único que esté en condiciones de dar batalla para que el sello del FpV consiga nuevamente el triunfo.
Es en este contexto que afloran toneladas de especulaciones, algunas de ellas que apuestan por una boleta en la que esté Daniel Scioli como candidato a la presidencia y Florencio Randazzo como postulante a la gobernación, estrategia que se reforzó sobre todo en el sciolismo a partir de lo que es un movimiento que sólo resta ser oficializado: el desembarco de Martín Insaurralde al massismo.
Pero, en lo que puede tomarse como un adelanto del posicionamiento del kirchnerismo ortodoxo de cara a 2015, alguien con línea más que directa a CFK empezó a hacer su juego desde la posición que más le sienta cómodo: detrás de escena. Se trata de Máximo Kirchner, quien, además de estar evaluando si sale o no a la luz como candidato a intendente de Río Gallegos, ya ha empezado a operar reuniéndose con los legisladores “del palo” para detallar lo que serán los movimientos a poner de manifiesto desde Casa Rosada con miras a 2015.
Sucede que en los últimos días, el hijo mayor de Néstor y Cristina recibió a cinco diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires en un encuentro con aroma a bajada de línea. De acuerdo a lo informado a NOVA por voces cercanas al mitin, Máximo buscó demostrar a sus interlocutores un halo de poder por detrás de esa imagen de adolescente recién levantado de la siesta.
Es así que, a pesar de convocar a los cinco legisladores a la misma hora, los hizo pasar a su despacho de a uno, mientras los demás aguardaban expectantes en los pasillos cuan sala de espera hospitalaria. Se comenta que, en cada charla, demostró un conocimiento exhaustivo de la cocina de la Cámara Alta nacional y del accionar que los diputados realizan allí, dejándoles a entrever que sigue de cerca sus movimientos y está empapado de la interna del bloque del FpV en el recinto.
Pero el dato más saliente fue el hecho de haber puesto sobre la mesa lo que será la jugada del kirchnerismo duro en el año electoral que se acerca: Máximo les dejó en claro a los diputados que Scioli no será el candidato presidencial a apoyar, sino que todas las fichas serán puestas a la figura del actual ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
Por supuesto que, para que esto sea así y la tropa K se alinee detrás del hombre de “La Florería”, sólo se requiere de la bendición oficial de CFK. “Nosotros vamos a apoyar las candidaturas que defina la presidenta”, dejó en claro esta semana el ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak tras compartir un acto en La Plata con el gobernador Scioli.
Asimismo, las fuentes informantes de este cónclave entre legisladores y Máximo, detallaron que el primogénito presidencial machacó el perfil “individualista” del líder de la Ola Naranja, apostando por una figura como la del chivilcoyano a quien rotula como un dirigente que “se la juega por el proyecto”. En la misma sintonía se expresaron otras voces cercanas a los diputados camporistas dentro de la Cámara baja provincial consultadas por este medio: “Daniel siempre jugó para él”, cuestionaron.
En tanto, desde el sciolismo la luz de alerta se prendió junto con los resquemores hacia los movimientos presentes y futuros del kirchnerismo. Más allá de los cruces públicos que cargan de tensión la interna, por debajo se deslizan acusaciones de grosso tenor. Una de ellas, emanadas de una voz cercana a calle 6, afirmó que desde Nación se ha abierto la canilla hacia el gobierno porteño en una especie de “pacto” con el PRO para posicionar la imagen de Mauricio Macri de cara a las presidenciales y, así, al dividir, aminorar los porcentajes de intención de voto entre los candidatos (entre ellos Scioli) para que de esa manera aumenten las chances de Randazzo.
Pero una preocupación mayor estaría surgiendo en el armado naranja respecto a los temidos procedimientos que se podrían aplicar desde la tropa K para poner “piedritas en el zapato” de Scioli al momento de confeccionar las listas y en lo ateniente al padrón de jugarse efectivamente una interna del FpV en las PASO.
En este aspecto, el temor radicaría en la figura de quien estaría teniendo el verdadero poder en la Junta Electoral partidaria: el diputado nacional y líder de La Cámpora Andrés "Cuervo" Larroque, en detrimento de quien es formalmente el apoderado del partido y diputado nacional, Jorge Landau. “Jorge está pintado. Ahí el que maneja la cosa es el Cuervo, y ese es de temer”, deslizaron fuentes que frecuentan la gobernación provincial.
Así, al parecer los resquemores internos que se han puesto públicamente esta semana entre sciolismo y kirchnerismo son apenas la punta de un iceberg mucho más denso.
Etiquetas: Argentinlandia, Mi Provincia.
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