jueves, 29 de enero de 2015

 

nido de corrupcion

En busca de dinero oscuro, el CEO de YPF, Miguel Galuccio, firmó ayer un acuerdo con su par de la estatal china Sinopec, Chengyu Fu, convenio que implicará una nueva entrega de areas con petróleo y gas en el yacimiento de Vaca Muerta.
Para los especialistas en la rama petrolera y energética, más que una buena noticia, este acuerdo no viene más que a seguir una larga lista de desaciertos del gobierno nacional en la materia, que ha alimentado las ganancias de las multinacionales del sector, en detrimento de los capitales nacionales genuinos.
La ley 27007, que modifica la Ley de Hidrocarburos, prohíbe dar concesiones a empresas que son estatales o tienen participación estatal, algo que no se cumple en el caso de Sinopec. Entonces, cómo Sinopec es 100% una firma estatal china, YPF quiere camuflarlo mediante un sistema de asociaciones.

YPF tiene una concesión en el área de Vaca Muerta dada por la provincia de Neuquén, donde ahora se asocia con la empresa Sinopec que pone el capital e YPF la transferencia de la concesión, algo que justamente Galuccio no quería que las provincias hicieran, por lo cual es doblemente inmoral e ilegal, ya que modifican una ley para prohibir algo que luego terminan realizando ellos con capitales extranjeros.
Félix Herrero, ex director de Yacyretá durante la última presidencia de Juan Domingo Perón, aseguró a Hoy que “en el relato se dice una cosa y se hace otra. Se dice a través de la Ley 27007 que se prohíbe la participación de estados extranjeros en YPF, pero después se los hace participar. Esto es un nido de corrupción, es el reino de lo ilegal, porque como se hacen contratos secretos con las empresas, como ha pasado con Chevron y Petronas, no sabemos si este contrato con Sinopec no tiene también cláusulas cerradas”.
Para el miembro del Grupo Moreno, “si el subsuelo fuera transportable y se pudiera enviar a China, esta gente les daría el subsuelo a los chinos en vez del petróleo, pero como no se puede transferir subsuelos, entonces que hacen, hacen operaciones de exportación, ya que el crudo este es para exportar a China”.

Muy lejos del discurso K, se puede ver que en relación a la petrolera estatal, el 8% del 49% que no está en manos del Estado argentino, pertenece a fondos buitres, es decir, el 3,8% del total de las acciones de YPF están en manos de fondos buitre, o sea, que cuando el Estado nacional le da beneficios a YPF, le está dando beneficios a los fondos buitre, en otra parte más del relato oficial.
“YPF es privada para hacer negocios y es pública cuando necesita plata e inversión del Estado, en eso se ha convertido YPF. Es una empresa que se gestiona como privada para intereses de las multinacionales, pero que es estatal cuando tiene que recurrir a los avales de la Nación para sus contratos o para la participación de capitales”, resaltó Herrero.
La petrolera nacional tiene el 51% de las acciones en manos del Estado, pero todos los beneficios que logran son para el 49% restante que tienen las multinacionales. En YPF tiene una alta influencia Schlumberger, empresa en la cual Galuccio trabajó, haciendo ahora una dirección a favor de las multinacionales petroleras, no a favor del Estado argentino.
En su necesidad extrema por conseguir dólares contantes y sonantes que le permitan terminar con tranquilidad su mandato, el gobierno de Cristina Fernández se viene entregando casi gratuitamente a los capitales internacionales, viéndose esto en contratos como los firmados con Chevron, Petronas y ahora con Sinopec, que no hacen más que seguir fomentando la entrega de los recursos naturales argentinos.


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