miércoles, 25 de febrero de 2015
Cuando la mentira tiene patas cortas
En los últimos años, los argentinos escuchamos varias veces a la presidenta Cristina Kirchner asegurar que con, la “recuperación de YPF”, la Argentina iba a volver al camino del autoabastecimiento energético. La mentira tiene patas cortas: la realidad está demostrando que la expropiación fue un infame negociado que sólo sirvió para que Repsol se llevara más de 10 mil millones de dólares, luego de que esa misma empresa española saqueó durante años lo que había sido una de las petroleras más importante de América latina.
Una clara muestra de la decadencia es que, según se conoció ayer, la Argentina se prepara para volver importar petróleo, algo que ya había ocurrido hace 10 meses. Los ejecutores de esa política son dos empresas estatales ya que YPF hará la operación por cuenta y orden de Enarsa, que pagará la millonaria compra en dólares.
La compañía que maneja Miguel Galuccio lanzó una licitación para importar hasta un millón de barriles de petróleo de África Occidental, del Mar del Norte o del Mediterráneo. El número es enorme: equivale a casi dos días de la producción de petróleo de todo el país según los números de diciembre. La licitación estará abierta hasta el 3 del mes próximo. Esos volúmenes servirán para cubrir la menor oferta local del crudo denominado Medanito, propio de Neuquén, el que mejor rinde en las refinerías argentinas. Será la segunda importación de crudo en 10 meses (la anterior fue en mayo de 2014), todo un récord para la Argentina, que estuvo más de dos décadas sin necesidad de comprar petróleo en el exterior.
Ayer, en un intento de justificar lo injustificable, el denunciado ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, aseguró que “las importaciones de crudo representan menos del 1 por ciento del total procesado por año, y se hacen una vez por año para optimizar la performance de las refinerías”. No se lo creyó ni él mismo lo que estaba diciendo.
La realidad, como siempre, se encarga de desmentir el relato kirchnerista. En diálogo con Hoy, el ex subsecretario de Combustibles de la Nación, Gustavo Callejas, sostuvo que “se tiene que importar porque no se produce crudo. Mientras tanto, se permite a las petroleras que sigan exportando el crudo pesado, que no se puede procesar en la Argentina porque las refinerías no se han modernizado. Se requieren inversiones importantes para las refinerías, que no se hicieron en los últimos 27 años. La última vez que se hizo lo que se llama inversiones de mayor conversión se registró en 1988, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, cuando la petrolera seguía siendo estatal. Luego, en los ´90, el menemismo con el apoyo de Kirchner permitió que Repsol exportara crudo sin control, dejándonos sin reservas”
El Gobierno, que desde hace tiempo compra gas en el exterior para compensar la caída en la oferta local, rechazó durante años la importación de petróleo por temor a los titulares de los diarios. Pero la situación se volvió insostenible. Es tal el desbarajuste que ha hecho el kirchnerismo en materia hidrocarburífera que, en momentos en que el precio del crudo en el mercado internacional se encuentra en mínimos históricos, el precio de la nafta en la Argentina no para de subir. Sin ir más lejos, el pasado 12 de febrero, la empresa YPF aumentó los valores de sus naftas en los surtidores en un 5 por ciento. Y todo indica que, en las próximas semanas, se registrarán nuevas subas.
Las exportaciones alcanzaron en el primer mes del año los 4.294 millones de dólares, lo que significó una baja del 18%, frente a los 5.231 millones de enero del 2014. Esta cifra fue la más baja desde 2010 cuando se comercializaron u$s 4.423 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
La caída en las exportaciones de enero fue producto de una baja del 9% en las cantidades de artículos y servicios vendidos al exterior, mientras que en las importaciones la baja en las cantidades llegó al 12%.
Dentro de los productos que mostraron una disminución en sus exportaciones en enero con respecto a igual mes del año anterior, mencionamos el Material de transporte terrestre, los Residuos y desperdicios de la industria alimenticia, y los productos lácteos, entre otros.
En tanto, en el mes de enero de 2015 la balanza comercial marcó un superávit de u$s 73 millones. No obstante, el promedio de los pronósticos de analistas privados indican una cifra sensiblemente menor: hablan de un saldo positivo de apenas u$s 38 millones para el primer mes del año.
Según la información oficial del INDEC, el comercio con el Mercosur, concentró el 27% de las exportaciones argentinas y el 22% de las compras realizadas al exterior. Si se toma como referencia el mes de enero del año anterior, las exportaciones a dicho bloque registraron una variación negativa del 25% y las importaciones provenientes del mismo disminuyeron el 31%. El saldo comercial en enero de 2015 resultó superavitario en 226 millones de dólares.
Una clara muestra de la decadencia es que, según se conoció ayer, la Argentina se prepara para volver importar petróleo, algo que ya había ocurrido hace 10 meses. Los ejecutores de esa política son dos empresas estatales ya que YPF hará la operación por cuenta y orden de Enarsa, que pagará la millonaria compra en dólares.
La compañía que maneja Miguel Galuccio lanzó una licitación para importar hasta un millón de barriles de petróleo de África Occidental, del Mar del Norte o del Mediterráneo. El número es enorme: equivale a casi dos días de la producción de petróleo de todo el país según los números de diciembre. La licitación estará abierta hasta el 3 del mes próximo. Esos volúmenes servirán para cubrir la menor oferta local del crudo denominado Medanito, propio de Neuquén, el que mejor rinde en las refinerías argentinas. Será la segunda importación de crudo en 10 meses (la anterior fue en mayo de 2014), todo un récord para la Argentina, que estuvo más de dos décadas sin necesidad de comprar petróleo en el exterior.
Ayer, en un intento de justificar lo injustificable, el denunciado ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, aseguró que “las importaciones de crudo representan menos del 1 por ciento del total procesado por año, y se hacen una vez por año para optimizar la performance de las refinerías”. No se lo creyó ni él mismo lo que estaba diciendo.
La realidad, como siempre, se encarga de desmentir el relato kirchnerista. En diálogo con Hoy, el ex subsecretario de Combustibles de la Nación, Gustavo Callejas, sostuvo que “se tiene que importar porque no se produce crudo. Mientras tanto, se permite a las petroleras que sigan exportando el crudo pesado, que no se puede procesar en la Argentina porque las refinerías no se han modernizado. Se requieren inversiones importantes para las refinerías, que no se hicieron en los últimos 27 años. La última vez que se hizo lo que se llama inversiones de mayor conversión se registró en 1988, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, cuando la petrolera seguía siendo estatal. Luego, en los ´90, el menemismo con el apoyo de Kirchner permitió que Repsol exportara crudo sin control, dejándonos sin reservas”
El Gobierno, que desde hace tiempo compra gas en el exterior para compensar la caída en la oferta local, rechazó durante años la importación de petróleo por temor a los titulares de los diarios. Pero la situación se volvió insostenible. Es tal el desbarajuste que ha hecho el kirchnerismo en materia hidrocarburífera que, en momentos en que el precio del crudo en el mercado internacional se encuentra en mínimos históricos, el precio de la nafta en la Argentina no para de subir. Sin ir más lejos, el pasado 12 de febrero, la empresa YPF aumentó los valores de sus naftas en los surtidores en un 5 por ciento. Y todo indica que, en las próximas semanas, se registrarán nuevas subas.
Las exportaciones alcanzaron en el primer mes del año los 4.294 millones de dólares, lo que significó una baja del 18%, frente a los 5.231 millones de enero del 2014. Esta cifra fue la más baja desde 2010 cuando se comercializaron u$s 4.423 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
La caída en las exportaciones de enero fue producto de una baja del 9% en las cantidades de artículos y servicios vendidos al exterior, mientras que en las importaciones la baja en las cantidades llegó al 12%.
Dentro de los productos que mostraron una disminución en sus exportaciones en enero con respecto a igual mes del año anterior, mencionamos el Material de transporte terrestre, los Residuos y desperdicios de la industria alimenticia, y los productos lácteos, entre otros.
En tanto, en el mes de enero de 2015 la balanza comercial marcó un superávit de u$s 73 millones. No obstante, el promedio de los pronósticos de analistas privados indican una cifra sensiblemente menor: hablan de un saldo positivo de apenas u$s 38 millones para el primer mes del año.
Según la información oficial del INDEC, el comercio con el Mercosur, concentró el 27% de las exportaciones argentinas y el 22% de las compras realizadas al exterior. Si se toma como referencia el mes de enero del año anterior, las exportaciones a dicho bloque registraron una variación negativa del 25% y las importaciones provenientes del mismo disminuyeron el 31%. El saldo comercial en enero de 2015 resultó superavitario en 226 millones de dólares.
Etiquetas: Argentinlandia
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