lunes, 23 de febrero de 2015

 

econo suya o mia

La mayor dificultad en la economía es que surgen una y otra vez proyectos para dinamitar todas las empresas.
Un día, la ley de Abastecimiento. Ahora “La estabilidad laboral absoluta”.
El diputado del Frente para la Victoria, Héctor Recalde impulsa un proyecto de ley que apunta a favorecer la estabilidad absoluta en el puesto de trabajo de los empleados de las empresas privadas.
El articulado indica que cuando por las leyes, o las convenciones colectivas de trabajo se otorgue al trabajador la estabilidad absoluta, éste gozará de la garantía de la permanencia en el empleo.
No es otra cosa que la imposibilidad del empleador de despedir al trabajador cuando no exista una causa justificada.
Parece idílico, que todos conserven para siempre su trabajo, es lo máximo. Llegamos al paraíso laboral.
El problema es que la moneda tiene dos caras.
Ignoran por cierto analfabetismo económico que si no me podés echar, no vas a tomar trabajadores nunca más.
Lo mismo que el cepo.
Cuando no dejás salir los dólares, no ingresan los nuevos capitales.
La tecnología crea modelos laborales innovadores que transforman en obsoletas las viejas maquinarias.
El formato industrialista cambia año tras año.
Las leyes que quieren imponer defiende a los actuales empleados.
Los jóvenes que ingresan al mundo laboral tendrán que conseguir un puesto en el Estado nacional, provincial y municipal.
El problema es que ya ingresaron un millón y medio en los últimos cuatro años .
La ola regulatoria en el final del mandato se parece a un tsunami.
La balanza tiene que estar equilibrada.
Si la defensa del trabajador inclina el péndulo, la decisión de no contratar personal la pone en su lugar.
Lo dijimos más de una vez: en economía ningún almuerzo es gratis.
Alguien siempre tiene que pagar.
Se puede obligar a los empresarios a vender a un precio determinado; a pagar cierto salario; a importar cuando el Estado te permite; a ponerle más impuestos a la exportación.
Lo que no se puede hacer es imponerle que invierta.
En estas condiciones nadie pone la mano en el bolsillo.
Venezuela es un ejemplo.
Las góndolas de los supermercados están vacías en un 85 % y para poder comprar, la gente tiene que identificarse con sus documentos.
Mientras tanto hay que llegar al final del mandato.
La estrategia es clara: dejarle los problemas al que viene.
¿Cómo llegar a diciembre?
El endeudamiento con China, si se puede en el mercado de capitales.
¿Cuántos dólares tiene el Banco Central para defender el fuerte hasta fin de año?
De los 31.000 millones de dólares sólo quedan 16.000 millones si se quita la crema.
Una parte son yuanes; otros bonos con la ley de Nueva York impagos por el bloqueo de Griesa; deuda con el sector automotriz y electrónico y el resto son depósitos privados en dólares que se contabilizan como parte de las reservas internacionales.
Señalamos que prefieren el parate económico antes que una corrida cambiaria.
Optan para vender dólares en las casas de cambio autorizadas por la AFIP (3.200 millones de dólares en 2014 y calculan 4.500 millones este año).
De esta forma, comprar dólares ahorro y venderlos en el blue mantiene la brecha por debajo del 50%.
Se terminó la época donde se pensó que se podía hacer cualquier cosa.
Nada es para siempre, dice el filósofo .
Ahora queda solamente tratar de administrar lo que queda de la mejor manera posible.
¿Entenderá Kicillof de qué se trata?


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