jueves, 26 de marzo de 2015

 

ojo con la naranja

La imaginación de los bancos neoliberales para afanarle a la gente ya no tiene límites: ahora la Compañía Galicia Seguros, (área tercerizada para la cobertura de este servicio dada por el Banco Galicia), te “encaja” sin comerla ni beberla, un seguro para el hogar, sin que siquiera te hayan preguntado nada.
Sucede que los servicios de Tarjeta Naranja son administrados por esta entidad bancaria. Como tienen las carpetas de cada cliente, pueden revisarlas cuando se les canta y más si sos buen pagador.
El sábado encuentro en mi correo electrónico un mensaje de Galicia Seguros, comunicándome que el “debito” de 119,75 pesos con respecto el Seguro para el Hogar ya se había registrado.
Llamo a Tarjeta Naranja, reclamando este atropello inconsulto, y la operadora me pregunta si me habían llamado telefónicamente para ofrecérmelo, si yo lo había aceptado, entre otros.
Ante la negativa y queja, la operadora eleva el reclamo y cancela la operación alegando mi total desconocimiento de forma.
El miércoles, tras el fin de semana largo, me presento en las oficinas de Tarjeta Naranja de Resistencia para confirmar el reclamo: la asistente que ya lo tenía registrado me vuelve a ratificar el mismo, y me dice que el Banco Galicia es el que efectúa estas operaciones, ya que – como dije anteriormente- acceden a las carpetas de los clientes.
Voy al Banco de Galicia de la calle Mitre, y después de 25 minutos me atiende la responsable del Servicios al Cliente y me dice que ellos no tenían nada que ver directamente con Galicia Seguros, acotando que esa parte estaba tercerizada, y que no había agencia en Resistencia.
Amablemente volvió a elevar la queja, más aún cuando le manifesté que conozco perfectamente mis derechos como consumidor y que nunca firmé nada, autorizando nada de eso, ni me llamaron a mi casa o algo que se le parezca.
Agregué que ésta era la segunda vez que se atrevían a venderme de manera compulsiva un servicio que no había solicitado, y que si se repite iniciaré acciones legales.
Le agregué también que en Buenos Aires siguen pensando que en el interior somos todos "índios”, que nos venden espejitos de colores sin sentido
Como conclusión, al cuerno con la patotería bancaria que te vende sin consultar servicios que nunca solictaste. Hay que empezar a pararles el carro a esta manga de chantas neoliberales que juegan con la gente.
Si no leés bien las cosas y no te quejás, no reclames. No hay que dejarse pisar más por estos tipos.
La época de Menem, De la Rúa y Cavallo se acabó para siempre, aunque lamentablemente todavía quedan algunos que pretenden volver a ellos.
Pienso que entre todos debemos ponerle punto final a estas últimas maniobras especulativas de los que antes hacían lo que querían con nuestro país y a su gente.


Por Luis Alejandro Gusberti. DNI: 12501883.

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