lunes, 29 de junio de 2015
parasito en mamiferos
Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de La Plata desarrolla un novedoso test para el diagnóstico en sangre de humanos de un extraño parásito que afecta comúnmente a los perros, pero que puede causar serios inconvenientes en los humanos, se informó.
Se trata del “Dioctophyma renale”, un peligroso invasor de gran tamaño que también puede ser contraído por el hombre, causando daños irreversible y hasta la muerte.
En el animal, el Dioctophyma renale
se aloja directamente en los riñones, por lo que para su detección alcanza con un simple análisis de orina, sin embargo, cuando este parásito es contraído por el hombre, puede alojarse en otros órganos y, consecuentemente, no ser detectable a través de la orina.
Al respecto, Nilda Radman, profesora Titular de la Cátedra de Parasitología Comparada explicó que “dado que el parásito en humanos puede estar asentado en otros órganos o tejidos, es necesario un análisis de sangre para descubrirlo”. “Es por ello que el trabajo de investigación está orientado a diseñar un kit diagnóstico -que aún no existe en el mundo-, para detectar de forma indirecta (a través de anticuerpos) su presencia en la sangre de humanos a través del método ELISA (un método que se utiliza para diagnosticar muchas enfermedades conocidas, como por ejemplo el HIV-SIDA)”, agregó.
El grupo de trabajo comenzó a realizar diagnóstico
y tratamiento en perros del barrio El Molino, de Punta Lara en la localidad de Ensenada, la cual suele inundarse y tiene zanjas donde eventualmente también se liberan desechos, lo que hace un ambiente propicio para el desarrollo de este parásito cuyo ciclo de vida está ligado al agua.
Los hallazgos registrados por el equipo de extensionistas encabezados por Radman en caninos de esa región, demuestran que existe una alta prevalencia de Dioctophyma renale -detectada a través de un análisis de orina- en el que aparecen larvas alojadas en los riñones del animal y como no tiene tratamiento, es necesario extirparlo mediante cirugía.
Si bien aún no se determinó la presencia de huevos en orina de humanos, los investigadores advirtieron que eso no significa que ningún poblador esté infectado, sino sólo que no están infectados sus riñones, se precisó. De acuerdo al detalle brindado por la UNLP, el Dioctophyma renale es uno de los nematodo (un gusano redondo) más grande que puede afectar a cualquier mamífero, ya que sus hembras pueden superar el metro de longitud y son de color rojo.
“En términos de salud genera alarma ya que no existen drogas reconocidas para su tratamiento”, explicó la especialista, quien subrayó que “el ciclo de contagio se inicia siempre por vía digestiva con otro tipo de gusano, o ranas y peces que aparecen frecuentemente en el agua de las zanjas y contienen en su interior larvas del parásito”.
Se trata del “Dioctophyma renale”, un peligroso invasor de gran tamaño que también puede ser contraído por el hombre, causando daños irreversible y hasta la muerte.
En el animal, el Dioctophyma renale
se aloja directamente en los riñones, por lo que para su detección alcanza con un simple análisis de orina, sin embargo, cuando este parásito es contraído por el hombre, puede alojarse en otros órganos y, consecuentemente, no ser detectable a través de la orina.
Al respecto, Nilda Radman, profesora Titular de la Cátedra de Parasitología Comparada explicó que “dado que el parásito en humanos puede estar asentado en otros órganos o tejidos, es necesario un análisis de sangre para descubrirlo”. “Es por ello que el trabajo de investigación está orientado a diseñar un kit diagnóstico -que aún no existe en el mundo-, para detectar de forma indirecta (a través de anticuerpos) su presencia en la sangre de humanos a través del método ELISA (un método que se utiliza para diagnosticar muchas enfermedades conocidas, como por ejemplo el HIV-SIDA)”, agregó.
El grupo de trabajo comenzó a realizar diagnóstico
y tratamiento en perros del barrio El Molino, de Punta Lara en la localidad de Ensenada, la cual suele inundarse y tiene zanjas donde eventualmente también se liberan desechos, lo que hace un ambiente propicio para el desarrollo de este parásito cuyo ciclo de vida está ligado al agua.
Los hallazgos registrados por el equipo de extensionistas encabezados por Radman en caninos de esa región, demuestran que existe una alta prevalencia de Dioctophyma renale -detectada a través de un análisis de orina- en el que aparecen larvas alojadas en los riñones del animal y como no tiene tratamiento, es necesario extirparlo mediante cirugía.
Si bien aún no se determinó la presencia de huevos en orina de humanos, los investigadores advirtieron que eso no significa que ningún poblador esté infectado, sino sólo que no están infectados sus riñones, se precisó. De acuerdo al detalle brindado por la UNLP, el Dioctophyma renale es uno de los nematodo (un gusano redondo) más grande que puede afectar a cualquier mamífero, ya que sus hembras pueden superar el metro de longitud y son de color rojo.
“En términos de salud genera alarma ya que no existen drogas reconocidas para su tratamiento”, explicó la especialista, quien subrayó que “el ciclo de contagio se inicia siempre por vía digestiva con otro tipo de gusano, o ranas y peces que aparecen frecuentemente en el agua de las zanjas y contienen en su interior larvas del parásito”.
Etiquetas: datos de la ciudad
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