viernes, 20 de noviembre de 2015

 

la cena del aniversario

La cena solidaria organizada por la Fundación Florencio Pérez por el aniversario de la Ciudad dejó, como todos los años, anécdotas y curiosidades. Aquí, algunos de los comentarios que se escucharon entre las mesas.
Muchas muestras de solidaridad y expresiones de estupor recibió el cónsul de Francia en La Plata, Alejandro Lucchelli Bernard, por los terribles ataques en París. Acompañado por su esposa, una reconocida médica nutricionista, el representante diplomático destacaba la integridad y la fortaleza que se percibe en la comunidad francesa a pesar del objetivo de sembrar el miedo que sostiene el fundamentalismo islámico. Hubo emoción cuando uno de los músicos que animaron la cena interpretó “Imagine”, la canción de John Lennon que se tocaba, a pocas horas del ataque terrorista, frente a uno de los bares de París que fueron blanco del horror.
La transición en el gobierno de la Provincia fue, como es fácil imaginar, tema obligado de conversación entre políticos. Actuales
funcionarios de la gestión de Daniel Scioli, coincidieron en que, hasta el momento y sólo en algunos contados casos, han tenido “contactos informales” con sus posibles sucesores de Cambiemos. “Todo se acelerará a partir del lunes”, comentaba un ministro que acompañó a Scioli durante sus ocho años de gestión. “Yo tuve algunas conversaciones con gente de Cambiemos, pero acordamos reunirnos la semana que viene. Antes del ballotage no era conveniente. Dialogar sobre el traspaso, a veces, conlleva entregar información sensible que puede ser utilizada en una campaña proselitista. Tampoco es cuestión de andar mostrando debilidades antes de tiempo”, se sinceró.
Luis Colagreco y su esposa, Rosa Ciancio contaban, con legítimo orgullo, los logros de su hijo, Mauro, el consagrado chef platense. Rosa rememoraba los primeros años de Mauro en París. “Entró como último ayudante de cocina en un afamado restaurante y su primer trabajo fue deshojar diez kilos de perejil. ¡Hojita por hojita, separarlas de los tallos!”, contó. Hoy se transformó en uno de los referentes mundiales de la cocina, pero el esfuerzo fue inmenso. “Hubo épocas en las que trabajaba 20 horas por día”, recordó su padre. Ambos planean, ahora, una visita a Shangai para conocer el último restaurante inaugurado por Mauro. “Es el único que nos falta conocer”, se entusiasman, mientras estiman que tan largo periplo los obligará a hacer una escala en París. Rosa, entre otras anécdotas, contó que, llamativamente, Mauro nunca cocinaba cuando vivía con ellos.
Lo que queda por hacer en la Provincia, también fue tema de conversación. En lo que hace a infraestructura, se habló de las tres obras que debería encarar la gestión Vidal: La culminación de los trabajos hidráulicos en La Plata; el inicio de las obras en la cuenca del río Luján –se mencionó que el Plan Maestro está concluido y que demandaría una inversión de tres mil millones y tres años de trabajo, y finalmente la postergada obra en la cuenca del Salado. “Esa es una inversión de alrededor de 8 mil millones que, si se cuenta con los fondos, puede estar finalizada en cuatro o cinco años”, se especuló.
Teté Coustarot, a cargo de la conducción de la cena benéfica, fue otro de los puntos altos de la noche. Fiel a su estilo, mostró elegancia y ductilidad. Tuvo siempre el tono de voz justo que requerían las circunstancias, intercalando acertados comentarios para hacer más amena la de por si amable velada. Fue, además, una de las más requeridas a la hora de las “selfies” con los no pocos admiradores que pidieron retratarse con ella. No faltó, por supuesto, aquel que se le acercara con el consabido: “Qué noche, Teté…”

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