viernes, 22 de enero de 2016
demolicion de la casa K
"Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”
canturrea Joan Manuel Serrat, en una melodía nostálgica que bien podría ser la cortina musical de esta noticia. Sucede que una casa antigua de la ciudad, situada justo en la esquina de 4 y 32, será demolida en cuestión de horas, para hacer, obvio , un edificio de departamentos. Sí, el mismo domicilio que los que se aferraban al poder hasta ayer nomás, quisieron declarar como lugar histórico. Pero el kirchnerismo se vino abajo, lo mismo que sucederá con esas paredes que a partir del 19 de febrero de 1953 (cuando nació) y hasta los 5 años de edad, cobijó a una nena llamada Cristina Fernández.
Una casa modesta, pero amplia. Una casa cuyas llaves fueron pasando de inquilino en inquilino (incluso Ofelia Wilhelm, su mamá, y Eduardo Fernández, el fallecido padre de la ex presidente, tenían que pagar religiosamente el arrendo todos los meses en la década del ’50 y parte del ‘60). Una casa en la que vivió también el abuelo Carlos Wilhelm y la tía Noemí, y donde quedaron los misterios de la relación amorosa de sus progenitores. Un dato llamativo es que el casamiento entre Ofelia y Eduardo recién fue unos días antes de que diera a luz la segunda hija, Gisele (nació el 1/1/1959). Para avivar más sospechas, cuando el papá muere, en 1982, CFK cerró contactos con la familia paterna.
canturrea Joan Manuel Serrat, en una melodía nostálgica que bien podría ser la cortina musical de esta noticia. Sucede que una casa antigua de la ciudad, situada justo en la esquina de 4 y 32, será demolida en cuestión de horas, para hacer, obvio , un edificio de departamentos. Sí, el mismo domicilio que los que se aferraban al poder hasta ayer nomás, quisieron declarar como lugar histórico. Pero el kirchnerismo se vino abajo, lo mismo que sucederá con esas paredes que a partir del 19 de febrero de 1953 (cuando nació) y hasta los 5 años de edad, cobijó a una nena llamada Cristina Fernández.
Una casa modesta, pero amplia. Una casa cuyas llaves fueron pasando de inquilino en inquilino (incluso Ofelia Wilhelm, su mamá, y Eduardo Fernández, el fallecido padre de la ex presidente, tenían que pagar religiosamente el arrendo todos los meses en la década del ’50 y parte del ‘60). Una casa en la que vivió también el abuelo Carlos Wilhelm y la tía Noemí, y donde quedaron los misterios de la relación amorosa de sus progenitores. Un dato llamativo es que el casamiento entre Ofelia y Eduardo recién fue unos días antes de que diera a luz la segunda hija, Gisele (nació el 1/1/1959). Para avivar más sospechas, cuando el papá muere, en 1982, CFK cerró contactos con la familia paterna.
Etiquetas: datos de la ciudad
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