lunes, 22 de febrero de 2016

 

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En la década pasada, cuando el intendente de La Plata era el kirchnerista Julio César Alak, se puso en marcha un proyecto tan polémico como costoso: crear un club de fútbol profesional, sin socios ni hinchas, pero con abundantes recursos económicos que permitieran traer jugadores destacados para llegar rápidamente a los primeros planos del deporte más popular de nuestro país.
Así fue cómo surgió La Plata Fútbol Club, una suerte estructura para lavar dinero proveniente del erario municipal y que también sirvió de paso para zanjar la pelea que por aquel entonces tenía la conducción municipal con Estudiantes y Gimnasia. Entre otras funciones, La Plata FC sirvió como forma de justificar los millones de pesos que se habrían malversado construyendo –con elevados sobreprecios- el denominado “monumento a la corrupción” de la capital bonaerense, es decir, el Estadio Unico que por aquel entonces no querían utilizar las principales instituciones deportivas de la capital bonaerense.
El club creado por Alak recibió una sospechosa “invitación” para jugar en el Torneo Argentino, que otorga plazas para llegar al Nacional B. Acto seguido, comenzó a disputar sus encuentros en el Estadio Unico, con tribunas vacías (por la falta de hinchas). Pese a los cientos de miles de pesos que habrían llegado a sus arcas desde el municipio platense, ni siquiera tuvieron una mínima dosis de ingenio. Como a Estudiantes y Gimnasia se los conoce como “León” y “Lobo”, al nuevo club lo bautizaron “El Tigre” y la camiseta fue una fusión de los colores tradicionales de ambos clubes: rojo y azul.
Con fondos municipales, en tiempo récord, se hizo un estadio para La Plata FC con estructuras de hormigón para 5500 espectadores en el lugar donde antes había una cantera. Esa era la forma de cumplir con el requisito que establece la Liga Amateur Platense -desde donde salió El Tigre para jugar los torneos federales- que obliga a sus integrantes a tener una cancha propia.
Los resultados deportivos terminaron siendo muy pobres. El Tigre llegó a pelear por el ascenso al Nacional B, pero la derrota electoral de Alak –luego fue designado vicepresidente de Aerolíneas Argentinas, para luego convertirse en ministro de Justicia de Cristina Kirchner- hizo que el club entrara en una profunda debacle a punto tal que no pudo cubrir los costos para seguir participando del torneo federal. Ahora milita en la B, pero de la Liga Amateur Platense. Lejos de la época de la plata dulce, La Plata FC atravesó un proceso de vaciamiento, estuvo varias veces al borde la desaparición y ahora sigue con la soga al cuello.
No son pocos los que cumplen funciones ejecutivas en la comuna, empezando por el propio intendente, Julio Garro, que buscarían que club deje existir ya que así se borrarían pruebas concretas de la infamia de todas las maniobras oscuras que se habrían realizado.
Como era un club fantasma, sospechado a su vez de ser una plataforma de lavado de dinero, “El Tigre” no tenía dirigentes propios. Por eso, los lugares en la comisión directiva terminaron siendo asumidos por funcionarios del gobierno alakista: Miguel Morales, entonces director de Asuntos Municipales, se quedó con la presidencia. Y un entonces ignoto dirigente político asumió como vice a pedido del propio Alak: Julio Garro. Otros entonces funcionarios que integraban la directiva eran John Puleston, quien fuera jefe de gabinete en el Municipio, y Walter Pernas, con un paso por la dirección de proyectos especiales. Todos ellos –incluido Garro- se borraron del club, cuando el alakismo perdió las elecciones y se frenó el flujo de fondos.

Muchos seguidores del ex ministro de Justicia ahora tienen en Garro a un protector ya que, luego de la derrota K en las últimas elecciones, fueron “premiados con cargos” en la comuna . Esto es explicable porque Garro no representa el cambio, sino que proviene de lo peor del kirchnerismo vernáculo.
Cabe recordar que, antes de caer derrotado en 2007, Alak seguía la estrategia de poner un huevo en cada canasta. Es decir, mandaba a sus hombres a meterse en las estructuras de otros espacios políticos. Y allí fue Garro que, a partir de una sospechosa peña del club Boca Juniors que surgió de la noche a la mañana en nuestra ciudad, comenzó a ser el representante del incipiente armado político macrista en La Plata. Por aquel entonces, Mauricio Macri era presidente del Club de la Ribera y buscaba ser jefe de gobierno porteño.
El actual presidente de La Plata Fútbol Club, Carlos Petrone, reconoce que la entidad carga con el estigma de haber sido “el club de Alak” y afirma que luego de 2008 no pudieron cumplir el pago de las 60 cuotas de 800 dólares para terminar de adquirir el predio donde actualmente se levanta el estadio del club, en calle 25 y 514. Por esa razón estuvieron cerca de ser desalojados en reiteradas oportunidades. Finalmente el predio terminó siendo adquirido por el empresario Carlos Sorasi, un directivo de la actual gestión del club, que se encarga del pago de los impuestos. La situación económica del Tigre es tan complicada que los directivos hasta le piden a los jugadores, que actualmente participan en la categoría del ascenso de liga amateur, el pago de una cuota social de $100: solamente el 30% del plantel está al día.
El vaciamiento orquestado es evidente. Así suelen terminar todas las estructuras empresarias, políticas y mediáticas, que se constituyeron, durante la era K, para lavar y malversar dinero proveniente del erario público.
Utilizando fondos que habrían salido de las arcas municipales, durante la época en la que La Plata FC competía en el Torneo Argentino llegaron varios jugadores profesionales. Entre ellos, Claudio “El Pampa” Biaggio, quien integró la Selección Argentina y fue goleador de San Lorenzo de Almagro en los años ´90. Actualmente es el DT del la reserva del club que tiene al showman Marcelo Tinelli como a uno de los sus principales dirigentes.
Otros jugadores que pasaron por La Plata FC fueron Gustavo Dueña, Brian Robert, Leonardo Mansilla, Juan José Romero (hasta el 2014 entrenador de arqueros de la Selección) y Lucas Bustos, con pasado en Gimnasia. También estuvieron jugadores fuertemente identificados con el Pincha como Nicolás Ayr, Patricio Landagarza, Mauro Amato, Martín Mazzucco y Agustín González Tapia. También jugó el ex Belgrano de Córdoba, Felipe Desagastizábal.
En tanto, como directores técnicos, estuvieron el ex arquero de Gimnasia, Enzo Noce (actualmente es uno de los coordinadores de las inferiores del Lobo) y Darío Tempesta, otro ex jugador tripero que se desempeñó como técnico en varios clubes del Torneo Argentino.
La Plata Futbol Club no es la única institución deportiva creada en tiempo record para ser utilizada como plataforma de lavado de dinero. De forma paralela a lo que sucedía en nuestra ciudad, se registró una experiencia muy similar en Rosario. Allí un empresario narco llamado Carlos Gorosito, muy cercano al entonces titular de la AFA, Julio Grondona, creó de la nada el club Real Arroyo Seco y hasta construyó un estadio con capacidad para 12 mil espectadores sentados.
El club santafesino, al igual que La Plata Futbol Club, no tenía socios ni hinchas. Y también estuvo cerca de jugar el Nacional B. La realidad es que habría sido utilizada para lavar dinero proveniente del narcotráfico.
Gorosito fue condenado el año pasado en la causa conocida como “Carbón Blanco”, acusado de haber blanqueado dinero proveniente de la exportación ilegal de cocaína a Europa. Y las instalaciones de Real Arroyo Seco terminaron siendo compradas por Rosario Central.
Un dato de color es que La Plata Fútbol Club y Real Arroyo Seco jugaron seis partidos en el Torneo Argentino, en lo que fue denominado como el clásico de las lavadoras: el Tigre ganó en dos ocasiones, Arroyo Seco lo hizo una vez y se registraron tres empates.

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